martes, 8 de julio de 2008

Solecismos y las incoherencias en la redacción periodística.

La tecnología avanza, pero no la calidad de los redactores.


Por Raúl Germán Bautista.

SANTO DOMINGO OESTE.- Es probable que los medios de comunicación estén copados por individuos que no tienen claras sus ideas con relación al correcto uso de la lengua.

Esto se refleja en los constantes errores, en cuestiones fáciles la mayoría, que se leen en los periódicos impresos y en los “periódicos” de la red.

Para los que piensan que cualquiera que posea un “blog” es periodista, y para los profesionales que nunca aplican los fundamentos lingüísticos les traemos esto:

Gonzalo Martín Vivaldi, en su “Curso de redacción”, explica que los párrafos pierden coherencia y claridad con los cambios del sujeto y del verbo.

Y añade: “Al escribir, conviene dar cierta coherencia a las frases que forman un párrafo o período. Dicha coherencia se altera, y la expresión pierde claridad, cuando se producen cambios poco correctos en el sujeto, o en la persona, voz o tiempo del verbo”.

Eso concuerda mucho con las observaciones que hicimos en un artículo anterior, cuando les sugerimos a los profesores universitarios y a los correctores de “estilo” que el primer paso para enseñar a corregir y para corregir bien es definir la voz.

Y todos los buenos autores de periodismo, y de lingüística, coinciden en decir y escribir que el idioma español le da preferencia a la voz activa.

Vivaldi nos regala este ejemplo:

Cuando nos toca la lotería, se pone uno muy contento.

En este caso no hay coherencia entre la voz ni las personas de los verbos de estas frases. En la primera frase, NOS TOCA, está en voz activa y en primera persona del plural (sujeto, nosotros). En la segunda, SE PONE, está en pasiva refleja con sentido indeterminado y en tercera persona del singular (sujeto, uno).

Lo correcto, enseña el autor, sería escribir:

Cuando nos toca la lotería, nos ponemos muy contentos; o bien, uno se pone muy contento, cuando le toca la lotería.

Los solecismos:

El mismo autor nos dice que los solecismos son errores sintácticos, sobre todo de concordancia y de régimen. Son solecismos el empleo de cuyo y sus variantes por el cual, la cual, los cuales y las cuales (Vi dos cuadros, cuyos cuadros son de Goya, en vez de vi dos cuadros, los cuales son de Goya); el uso incorrecto de las preposiciones (monté en un avión a reacción, por avión de reacción. Miré la mujer, por miré a la mujer. Ganó de dos canastas, por ganó por dos canastas; el mal uso de los pronombres (Volviste en sí, por volviste en ti), etcétera.

Nos invade –dice Vivaldi- un barbarismo sintáctico –o solecismo-, cada día más extendido en los “medios de comunicación” o “mass media”. Nos referimos –adelanta el autor- al empleo –al mal empleo- del potencial o condicional (habría o habría hablado) con el sentido de tiempo de suposición. Ejemplos:

-En la huelga habrían participado más de cien mil trabajadores, en vez de: se dice o se calcula que, en la huelga, han participado.

-Uno de los detenidos sería miembro de la WXA, en lugar de: se cree o se supone que uno de los detenidos sería miembro de la WXA, en lugar de: se cree o se supone que uno de los detenidos es miembro (integrante) de la WXA.

Los ejemplos –malos ejemplos- transcritos son en realidad oraciones condicionales incompletas, cuya sintaxis correcta es la siguiente: En la huelga habrían participado más de cien mil trabajadores, si los sindicatos se hubieran puesto de acuerdo. Uno de los detenidos sería miembro de WXA, sino fuera ya miembro del ZRA.

El solecismo denunciado –el condicional con sentido de suposición- nos viene de Francia. Es pertinente que los periodistas profesionales, los docentes y los estudiantes de comunicación estudiemos a profundidad estos conceptos para ver si se reducen al mínimo estos errores.