miércoles, 30 de enero de 2008

Más de 400 participantes en Congreso Nacional de Comunicadores Cristianos.

Lic. Ramón Féliz Lebrón


Eliú Molina

La Asociación Dominicana de Comunicadores Cristianos (ADOCOC) y la Federación de Confraternidad de Pastores de Santo Domingo Oeste (FEDECOPA) reunieron, los días 25 y 26 de enero, a más de 400 pastores, líderes, profesionales y estudiantes de comunicación de diferentes puntos del país durante la celebración del Primer Congreso Nacional de Comunicadores Cristianos "Santo Domingo 2008", bajo el tema: "Comunicando con Total Excelencia".

Los conferencistas Miguel Susana, Ramón Pumarol, Georgina Thompson, Danny Ramírez, Francis Santos, Ezequiel Molina (hijo), Carlos Peña, Franklin Veloz, Ramón Féliz Lebrón y Eliú Molina disertaron acerca de locución, producción de televisión, presentación de noticias, ética en la comunicación, técnicas de sonidos, la mujer en la comunicación, técnicas de redacción y el ministerio de la comunicación.

Los expositores señalaron que los cristianos deben prepararse para tomar los medios de comunicación y llevar el mensaje de salvación con excelencia, además de transmitir informaciones que edifiquen vidas, ministren la familia y contribuyana la sanidad de la sociedad.
El locutor y productor de televisión Ramón Pumarol recalcó que el comunicador cristiano tiene un llamado de Dios para cambiar los medios de comunicación con su mensaje, consagrándose al Señor, con la seguridad que lo hacen para Dios con excelencia y orientado a cambiar vidas.
Miguel Susana, director de programación de Radio Ven y voz oficial de Tele Centro-Canal 13 y la Red Nacional de Noticias (RNN)-Canal 27, indicó que muchos pastores, líderes y hermanos cristianos hacen radio o televisión,pero no se interesan en prepararse para el ministerio de los mediosde comunicación, situación que comentó no le permite comunicar un buen mensaje y tener la atención del público de radio, televisión, prensa escrita y laInternet.


Georgina Thompson, directora en el país de Radio Trans-Mundial, llamó la atención del papel de la mujer cristiana en los medios de comunicación, así como el trabajo que los ministerios y congregaciones cristianas pueden hacer a través de laradio, y explicó que éste es un medio de gran alcance nacional e internacional.
El pastor Ezequiel Molina (hijo), director de Radio Ven en La Romana y vicepresidente del Ministerio Radial La Batalla de La Fe, alertó acerca de las ofertas indecorosas que cada día llegan a los medios y de las cuales hay que cuidarse.


Indicó que si un cristiano no está preparado para el ministerio de la comunicación,es mejor que no lo ejerza para hacerlo mal, y ser blanco de críticas y descalificaciones, por lo que destacó la necesidad de preparase académica y espiritualmente para dicha tarea.
El periodista Ramón Féliz Lebrón instó a los comunicadores cristianos y a quienes editan revistas y periódicos que difunden el evangelio que deben cuidar la gramática y emplear correctamente las técnicas de redacción, pues consideró de mal gusto decir que algo se hizo para Dios, y cuando el público lee los contenidos, están mal redactados y con faltas ortográficas.

El presidente de ADOCOC y productor del programa Cristianizando TV, Danny Ramírez, expuso la introducción a la producción de televisión y las diferentes técnicas para hacer televisión cristiana, amena y divertida en el país. Aseguró que los cristianos-evangélicos pueden hacer una televisión entretenida y que le agrade a Dios.

Franklin Veloz, presidente de Vida Nueva Comunicación y coordinador de ADODOC en Puerto Plata, manifestó que los pastores, líderes y comunicadores cristianos no deben llevar la iglesia a los medios o hacer de cada programa un culto.

Explicó que para llevar el mensaje de Dios al pueblo se puede hacer con unción y sin religiosidad, en el nombre de Jesús. El director de programación de Radio Renuevo y fundador de la Iglesia Juvenil Cristiana, Francis Montas, detalló que el comunicador cristiano tiene el deber de mostrar una conducta apegada al temor a Dios, la ética y la moral, y dar testimonio de que no somos permeables ante las tentaciones y chantajes del dinero y el mundo.

El diputado Carlos Peña esbozó los retos que tiene que enfrentar un comunicador cristiano en una sociedad politizada ante la amenaza a su integridad y testimonio cristianos. Dijo que se debe responder con la Armadura de Cristo, resistir cuál siervo de Dios las tentaciones, y ser buen cristiano. Eliú Molina, director técnico de Radio Ven, instruyó a los participantes acerca de la correcta utilización de los equipos de sonidos, así como las especificaciones para su compra, buen manejo y mantenimiento.

Los adoradores Anlly Piantini, Roberto, Alexis y Dorka Marizán exaltaron a Jesucristo con sus alabanzas llenas de unción y loas a Dios, al tiempo que el presidente de FEDECOPA, pastor Fausto Rosario, y Manuel Féliz, asesor de ADOCOC, junto a los pastores Juan Isidro Jiménez de RENACI, y Juan Benito de FEDECOPA, elevaron clamores y oraciones a Dios como gratitud por el éxito del Congreso.



viernes, 18 de enero de 2008

El abuso del verbo "dijo" en la redacción periodística.


Por Raúl Germán B.
SANTO DOMINGO OESTE.- La redacción periodística tiene unas técnicas y mecanismos para citar lo que informan sus fuentes: citas directas, semi directas e indirectas. Para esta importante forma de plasmar esas ideas usamos unos verbos, en tercera persona, que son los que permiten hacer la combinación, si se quiere, semántica, cuando escribimos.
Vemos, con profunda pena, como los periodistas se "agarran" de un verbo: dijo. Bueno, es verdad, es él único neutro, pero tiene muchos buenos sinónimos.
Ahora, redactamos una lista larga de muchos de ellos.

El Manual de estilo del periódico El Tiempo menciona que los únicos verbos neutros para atribuir son dijo y expresó. Nos da la correcta definición de los demás verbos:

-Aclarar: Disipar lo que ofusca la claridad o transparencia, poner en claro, explicar, dilucidar.

-Admitir: Aceptar algo que antes se negaba, aprobar por presión algo que antes no se quería.

-Advertir: Llamar la atención sobre algo, aconsejar, alertar, amonestar, enseñar, prevenir.

-Afirmar: Sostener, asegurar, dar una cosa por cierta.

-Agregar: Decir o escribir algo nuevo sobre lo que ya se ha dicho o escrito.

-Añadir: Agregar, unir una cosa con otra, acrecentar, ampliar, aumentar.

-Anunciar: Dar noticia o aviso de alguna cosa que no se conocía, pronosticar, presagiar.

-Apuntar: Insinuar algo, empezar a manifestar algo, señalar.

-Asegurar: Afirmar la certeza de algo, tranquilizar, infundir confianza.

-Aseverar: Afirmar o asegurar la certeza de lo que se dice.

Citar: Referir, anotar, o mencionar a los autores, textos o lugares que se alegan o discuten en lo que se dice o escribe.

-Concluir: Acabar o finalizar una cosa; terminar, inferir, deducir; sacar una consecuencia, poner fin a un informe y presentar conclusiones.

-Confesar: Reconocer y declarar, obligado por la fuerza de la razón o por otro motivo, lo que sin ello no reconocería. Admitir algo. Decir algo que antes se había procurado ocultar.

-Contestar: Responder a lo que se pregunta.

-Continuar: Proseguir lo empezado, seguir, extenderse.

-Comentar: Hacer comentarios sobre algo, explicar, glosar, el contenido de una obra literaria.

-Declarar: Manifestar, anunciar, exponer o explicar lo que está oculto o no se entiende bien; es decir, algo relativo a un asunto reservado.

-Denunciar: Notificar, avisar, declarar oficialmente el estado ilegal de una acción o cosa.

-Destacar: Relievar, descollar, sobresalir.

-Enfatizar: Expresarse con énfasis, manifestar con afectación exagerada en la expresión, el tono y es gesto. Este verbo se construye con la preposición en. Se dice "enfatizó en la necesidad de…"
-Enunciar: Expresar, dar a conocer una idea.

-Explicar: Declarar, manifestar, exponer cualquier material con claridad para hacerlo más comprensible.
-Finalizar: Dar fin o remate, concluir una obra.

-Indicar: Advertir, enseñar, guiar, mostrar, señalar.

-Informar: Enterar, dar una noticia de una cosa, dar a alguien datos sobre un asunto que le interesa.

-Insistir: Persistir en el empeño, repetir una idea.

-Manifestar: Declarar, dar conocer, descubrir, evidenciar, poner a la vista, decir o expresar algo con cierta solemnidad.

-Mantener: Defender o sustentar una opinión o sistema, afirmar algo con insistencia, defender ciertas ideas.

-Mencionar: Hacer mención o memoria de una persona o cosa, nombrarla o hacer referencia a ella, referir, recordar, contar algo.

-Opinar: Formar parecer o dictamen acerca de una cosa, expresarlo de palabra o por escrito, discurrir sobre las posibilidades acerca de la verdad o la falsedad de una cosa.

-Puntualizar: Referir un suceso o precisar una cosa con todos sus pormenores, sin dejar nada vago o indeterminado.

-Proseguir: Seguir, llevar adelante lo comenzado.

-Recalcar: Decir algo con lentitud y exagerada fuera de expresión para que no quede duda alguna de lo que con ello quiere darse a entender.

-Replicar: Responder a lo que se dice o se manda.

-Revelar: Manifestar un secreto, descubrir algo oculto.

Señalar: Llamar la atención sobre una persona, hecho o cosa; apuntar.

-Sostener: Sustentar, defender o mantener firme una posición, afirmar, asegurar, decir con convicción alguna cosa.

-Subrayar: Recalcar, decir con énfasis y fuerza las palabras; procurar con la entonación, con la repetición o insistencia o cualquier otra manera.

sábado, 12 de enero de 2008

La tecnología en los medios de comunicación: ¿y la calidad de los textos periodísticos?

La capacitación es el arma del profesional.



Por Raúl Germán Bautista.
Raulgerman78@yahoo.es


SANTO DOMINGO OESTE.- De forma improvisada, si se quiere, trabaja la gran mayoría de los obreros de la ciencia de la comunicación. Esto es hasta paradójico.

Los medios de comunicación permiten que los mal llamados empíricos copen sus salas de redacción. Esto, en vez de contribuir con el desarrollo de esas empresas lo que provoca es atraso.

No es verdad, señores jefes y dueños de medios, que un tipo, un analfabeto en la investigación periodística, puede aprender sus técnicas de forma artesanal.

El periodismo, en su quehacer, reclama la inserción de hombres y mujeres que hayan estudiado a fondo, en la Universidad, las diferentes teorías comunicacionales y redaccionales.

El “empírico” no tiene la capacidad de ver más allá de sus narices o de lo que ven sus fuentes: los boletines, las notas de prensa, declaraciones parcializadas y editorializantes.

El “empírico”, por más tiempo que tenga en el ejercicio, siempre estará en mediana o menor capacidad para enfrentar los desafíos del periodismo, y más ahora que se habla de cibermedios, un periodismo que exige una nueva forma de concebir el campo laboral: redefinición del concepto noticia, una nueva gramática y afinar las técnicas a la hora de escribir.

Ya es hora de que estos congresos tecnológicos, los cuales ayudan bastante, entiendan que la principal arma de un periodista no es una página bonita, es una redacción precisa, concisa y objetiva.

Un lector no abandona un medio por su diseño “feo”, deja de leerlo por su incapacidad para informar, describir, analizar y contextualizar los hechos que publica.

Lo que recuerda la mente del ser humano son los relatos, según Eloy Jáuregui Coronado (periodista peruano). Esto, señores jefes de medios y dueños, nunca, pero nunca, lo hará un descerebrado de la comunicación que mal llaman “empírico”.

Por eso ya entiendo el porqué de la manera errada que muchos medios abordan cada suceso. Los acontecimientos nuevos, son noticias, al otro día pueden ser crónicas y de ahí en adelante reportajes.

Si explota una bomba en el congreso, nadie se sentará a escribir una crónica o un reportaje acerca de ese hecho. Todos querrán saber: quién la detonó, por qué, cuántos muertos y heridos, a qué hora, día, entre otras cosas relevantes.

Ya para los días siguientes entra en acción el periodista que domina la narración y la descripción, por cierto en extinción. Se deben escribir todos los detalles que los demás medios vieron, pero por su falta de talento no lo plasmaron.

Ahí aparece el profesional que curso 10 semestres en su facultad o escuela de comunicación, quien aprendió técnicas de los principales autores del periodismo: Gonzalo Martín Vivaldi, Truman Capote, Miguel Ángel Bastenier, Alex Grigelmo, Raúl Rivadeneira Prada, Fernando Díez Losada, José Luis Martínez Albertos, Luisa Santamaría, Vicente Leñero, Carlos Marín, Javier Ibarrola, manual de estilo de la agencia Efe, del periódico El Tiempo, de la Revista Semana, del País, de ABC, de AP, entre otros.

Esos enanos mentales, los “empíricos”, no conocen la marca lingüística de cada género y subgénero periodístico. Cuando informan, opinan; cuando tratan de interpretar vuelven y opinan. Es que ellos no saben qué es y cómo trabajan los géneros periodísticos, dueños y jefes de medios. Ellos no conocen las fronteras que separan la información y la explicación de la opinión.

La profesionalización del periodista es lo que fortalece su ética a la hora de escribir. Muchos escándalos con artistas, deportistas, políticos se dan, entre otras cosas, por la falta de investigación del redactor. Esto no significa que los medios son mentirosos, pero toda acusación debe estar sustentada con pruebas irrefutables.

El “empírico” repite todo lo que dicen otros, copia todo, no contrasta una cosa con otra, desconoce todo. No puede, aunque quiera, superar esas deficiencias.

A ese particular, Vicente Leñero y Carlos Marín, en su Manual de periodismo, dicen esto:

“El reportero que afirma y confirma su vocación con los estudios teóricos y prácticos de técnicas de redacción desarrolla una aptitud superior a la de quien se capacita en el solo ejercicio periodístico de manera improvisada”. ¡Más claro…ni el agua!

Esperamos que esta pequeña reflexión llegue a todos los estudiantes de comunicación y periodistas de Latinoamérica. La misión de este escrito es la de abrirles los ojos, por un lado, a los jefes y dueños de los medios, y por otro, a las facultades y escuelas de comunicación social latinoamericanas.

domingo, 6 de enero de 2008

Los malos usos de adjetivos y adverbios en las notas periodísticas.

Por Raúl Germán B.
Raulgerman78@yahoo.es

SANTO DOMINGO OESTE.- Desde el punto de vista lingüístico, el uso de los adjetivos y adverbios es totalmente correcto, pero en la redacción periodística no.

Con eso de que el periodismo siempre lucha en a favor de la imparcialidad, objetividad y precisión, estas dos categorías formales dificultan esas metas del periodismo honesto.

Ya vemos que para muchos redactores y redactoras todo es majestuoso, maravilloso, multitudinario, esplendoroso, y otros más que lo único que demuestra en el periodista es falta de preparación académica o servilismo desmedido.

Desde el pasado, los grandes escritores, nos alertaban en este sentido. El tiempo ha transcurrido y nada ha cambiado, seguimos montado en el mismo caballo. Qué desgracia.

Vamos a referirnos a este gran mal que afecta al periodismo en estos momentos. Ahí tenemos los usos correctos y los incorrectos:

Adjetivo.

Según Vivaldi el adjetivo es la parte variable de la oración que acompaña al sustantivo, expresa una cualidad del mismo (de éste, de él; es lo correcto) y concuerda con el sustantivo en género y número; funciona en la oración como núcleo del predicado nominal o atributo y como complemento de un sintagma nominal, y puede ser especificativo, cuando delimita o concreta su cualidad (Monta el caballo BLANCO), o explicativo, cuando la indica solamente (Monta en un caballo BLANCO). Todas estas palabras que reducen, precisan o concretan la extensión indefinida del sustantivo se llaman adjetivos.

En su Gramática de la Lengua Española dice Emilio Alarcos: “Se separan los adjetivos calificativos y los adjetivos determinativos (el, la, lo, las, los), y entre los últimos se agrupan una serie de unidades designadas como demostrativos (este, ese, aquel), posesivos (mi, tu, su, nuestro, vuestro, etc.), numerales cardinales (uno, dos tres), indefinidos (algún, ningún, cualquier) y relativos (cuyo, cuya, que , cual), ordinales (primero, segundo, tercero, etc.), indeterminados (un, una, unos, unas).

Concordancia del adjetivo.

Un adjetivo puede referirse a varios sustantivos. ¿Debe ponerse en plural o en singular, concordando con el más próximo? Predomina la concordancia en plural: “Geografía e Historia americanas”; pero también se puede decir “Geografía e Historia americana”. Cuando los sustantivos son de distinto género, entonces el adjetivo se pone en masculino y plural o en masculino singular.

-Son necesarios mucho dinero y mucha paciencia.
-Es necesario mucho dinero y mucha paciencia.

Esta concordancia específica del adjetivo masculino cuando acompaña a un sustantivo masculino y a otro femenino (“un hombre con pantalón y chaqueta negros”) es, a juicio del autor, una consecuencia –una repercusión gramatical- de lo que los filósofos llaman cultura “masculina” o concepción masculina de la historia. Aun a sabiendas de que, precisamente por esa “cultura masculina”, se producirán confusiones, nos atrevemos – recomienda el autor- a sugerir la regla siguiente:

Cuando uno de los sustantivos a que se refiere es masculino y el otro es femenino, se tendrá en cuenta para la concordancia la situación o proximidad entre el término primario y el secundario. Así, por ejemplo, se diría: “Claveles y rosas rojas” o “Rosas y claveles rojos”.

Abuso del adjetivo.

Wolfgang Kayser recuerda que hay tres clases de adjetivos: “caracterizador u objetivo” (mesa REDONDA), “efectivo” (las palabras ALADAS, el POBRE muchacho” y el que se usa como “fórmula” (el HONDO valle, el ANCHUROSO mar).

“Algunos autores –dice Marouzeau- abusan de la facilidad que les ofrece el inagotable material de los adjetivos y apenas si dejan al sustantivo sin calificación”. Y añade: “La multiplicación de los epítetos raramente sirve para reforzar una imprecisión. Dicha multiplicación, a menudo, dispersa y cansa la atención”. Es decir, que resulta contraproducente.

Y es el propio Marouzeau quien cita aquella frase de Voltaire: “El nombre y el adjetivo son enemigos mortales”, o aquellas otra afirmación del poeta Francés Paul Valéry: “El epíteto ha perdido valor; la inflación de la publicidad ha reducido a nada la potencia de los adjetivos”. El poeta chileno Vicente Huidobro, en su poema “Arte poética”, dice: “el adjetivo cuando no da vida, mata”. En la literatura ha surgido una clara reacción, con una vuelta a la construcción nominal. Primacía para el sustantivo que expresa la idea y designa el objeto de modo más pleno, más neto. Bien elegido, el sustantivo puede ser suficiente, liberado del epíteto inútil.

Evítense los adjetivos inexpresivos, que no dicen nada nuevo. Son éstos los que algunos gramáticos llaman términos vacíos porque se puede aplicar a cualquier cosa o hecho:

-Una tarde maravillosa.
-Un espectáculo lindo.
-Restaurante majestuoso.

Es frecuente “encariñarse” con algún adjetivo que resulta cómodo y del que se abusa sin medida. No es raro encontrar personas (redactores) para las que todo es estupendo, maravilloso o magnífico…Este es un vicio que conviene vencer, sobre todo al escribir. En resumen, las principales virtudes de la adjetivación son la variedad, la propiedad y la riqueza. Los vicios son: la monotonía, la vaguedad y la pobreza.

Los adverbios.

El adverbio es la parte invariable de la oración que modifica la significación del verbo, del adjetivo o de otro adverbio. Algunos se apocopan (tanto), otros se forman con adjetivos y el sufijo (sustantivo) mente (rápidamente) y otros admiten diminutivos (cerquita) y grado (muy cerca, terquísima, tan cerca como). La locuciones adverbiales son grupos de palabras que funcionan como adverbios (a lo mejor, tal vez).

Los adverbios y las locuciones adverbiales pueden ser de lugar (abajo, aquí), de tiempo (hoy, pronto, con frecuencia), de cantidad (muy, poco), de modo (así, bien), de afirmación (sí, también), de negación (no, jamás) de interrogación (dónde, cuándo) y de duda (a caso, quizás, tal vez).

Los adverbios son categorías formales que modifican a los verbos (El tren marchaba rápidamente), a los adjetivos (Eran unos animales terriblemente feroces) o a otros adverbios (Juan vive muy lejos).

Aunque la colocación del adverbio en la frase española es muy libre, como norma general, debe ir lo más cerca posible de la palabra que modifica:

-Canta maravillosamente.
-Se expresa correctamente.

Los adverbios derivados en mente. Esta facilísima forma de transformar adjetivos en adverbios (mansa, mansamente) tiene el inconveniente de la monotonía y de la cacofonía, producida por el abuso de estos sufijos en “mente”. Cuando los adverbios modales de este tipo son consecutivos, se aplica la terminación en “mente” sólo al último.

Se advierte claramente que los adverbios entorpecen la labor del periodismo serio, el cual se caracteriza por la imparcialidad, la precisión y la concisión. Con la mal utilización de los adverbios y los adjetivos, en las notas informativas, el periodismo pierde la credibilidad.

El manual de estilo del periódico colombiano El Tiempo dice que el adjetivo valorativo es una palabra cargada de dinamita, que debe utilizarse con suma prudencia y en muy escasas y precisas oportunidades.

“...En primer lugar, es la puerta ancha por donde suelen introducirse las opiniones del periodista. En segundo Lugar, esto no siempre complace al lector. Decir que una persona es alta, una cena opípara (espléndida), una manifestación gigantesca o una procesión lánguida puede resultar falsa para muchos lectores.

Es mejor dar la estatura de la persona, el menú de la cena, el cálculo numérico de la manifestación o el tiempo que duró la procesión y el número aproximado de fieles que asistió.

Casi siempre hay un dato concreto que puede reemplazar al adjetivo valorativo, para que el lector saque sus conclusiones. Igual cuidado se debe observar en el uso de expresiones adverbiales como: por fin, apenas ahora, y similares. Deben evitarse, salvo cuando el sentido de la nota lo requiera.

Para no incurrir en vaguedades y lograr la máxima exactitud, hay que evitar palabras como: varios, un grupo, algunos, numerosos o mucho. Cada una de esas palabras debe ser sustituida por un dato concreto.

Debe tenerse especial cuidado con la magnitud de las manifestaciones públicas, sobre todo sin son de carácter político. Huya de términos tales como “multitudinario. No use giros que puedan interpretarse como una opinión sobre el éxito o fracaso de la misma (de ella o ésta).

Procure siempre obtener cifras de una fuente responsable y ojalá oficial. El periodista jamás debe ofrecer un cálculo propio. Y cuando haya una gran diferencia entre dos cifras, es necesario presentar ambas: Aproximadamente 400 mil personas, según la dirección Liberal, ó 100 mil, según la Policía...”

El libro Cómo hacer periodismo de la Revista colombiana Semana recomienda que los textos deben releerse de manera cuidadosa, porque siempre hay una expresión más directa y sobran adjetivos y adverbios.

“…La experiencia de los editores demuestra que cuando un texto debe ser reducido para que ocupe un espacio más pequeño, generalmente mejora.

Las palabras deben ser las justas. A veces se cuelan frases como “Fernando, cadete que optó por la carrera militar”. Con frecuencia se pueden reducir a la mitad párrafos completos, sin perder un solo concepto. Todo lo que no agrega, en realidad quita.

Los redactores inexpertos (y los veteranos) creen que el uso de adjetivos y adverbios le da mayor énfasis al texto. Pero en realidad es todo lo contrario. Ello lleva a caer en redundancias como “el pasado 11 de este mes”, “armar militarmente al país” o “un estruendo ruidosos...”
Vicente Leñero y Carlos Marín plantean, en su libro Manual de periodismo que se debe tener cuidado con el empleo de adjetivos y adverbios, ya que, según añaden, proyectan una apreciación personal del periodista (contraria a la objetividad) o una falta de precisión en la investigación reporteril, deficiencia profesional que debe siempre superrarse. Ejemplos:
"-El automóvil de perengano fue a estrellarse cuando corría a altísima velocidad (altísima: adjetivo, falta de presición...Debió escribirse...fue a estrellarse cuando corría a 160 kilómetros por hora". Mejorado por el Guardián de la Verdad:...se estrelló cuando corría a 160 kilómetros por hora.
"-El candidato a la gobernatura de Zacatecas, fulano de tal, habló despectivamente de su contrincante político...(Despectivamente: adverbio, falta de precisión). Debió decirse...fulano de tal, dijo que su contrincante político es incompetente e inexperto".

Después de ver este escrito, vemos que los grandes escritores y los mejores medios de Latinoamérica recomiendan mesura en los usos que les damos los periodistas a los adjetivos y adverbios.

viernes, 4 de enero de 2008

Estudiantes se quejan página eletrónica UASD.

go La UASD.



Por Raúl Germán B.

SANTO DOMINGO OESTE.- Pobre Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Decimos esto porque en mi UASD se habla de un supuesto Plan de Modernización. Éste, entre otras cosas, trajo a la universidad más vieja de América un proceso de inscripción y de reinscripción por internet.

Al principio todo parecía una medida de avance, pero al transcurrir el tiempo se ha convertido en un verdadero disparate. Los estudiantes no encuentran la manera de inscribirse de forma fácil, de buscar sus notas y de hacer el reingreso.

La UASD te da un instructivo que no funciona. Cuando los estudiantes intentan seguir los pasos, siempre hay un peldaño que falta y el proceso queda incompleto. Qué agonía.

Solamente dos estudiantes, de los casi 200 mil que hay inscritos, se quejaron ante este medio libre, abierto, que no acepta presión de nadie. Veamos lo que dicen (una de las cartas saldrá sin nombre, porque quien la escribió lo pidió así).

"Hola Raúl, te escribo para decirte la nueva payasada del rector Roberto Reyna y sus secuases.

Te digo, ahora ha puesto un sistema nuevo para reinscribirse, dicen algunos que es más fácil y seguro, pero para mí es más complicado.

Te detallaré: primero, debes colocar un ID, con tu matrícula que debes escribirla en mayúscula, fíjate que locura, eso es para hacer la vida más tormentosa a los estudiantes que tienen que aguantar estos disparates.

Segundo, un NIP que es la contraseña que siempre has utilizado, este tiene que tener 6 caracteres.

Tercero, un NIP nuevo.

Cuarto, repetir NIP anterior, y al finalizar no dice nada. Dios mío hasta cuándo aguantaremos a unos analfabetos que no saben lo que han hecho. Toleranciaaaaaaaaaaaaaa!".

SEGUNDA CARTA.

"FRENTE ESTUDIANTIL DE LIBERACIÓN AMÍN ABEL
-FELABEL- FUNDADO EL 24 DE SEPTIEMBRE DE 1977 .

"Hola compañeros universitarios de la UASD, Ricardo Amaurys Florenzán les desea feliz año nuevo 2008 para ustedes y todos los suyos, que Dios ilumine sus pasos para sacar a los comesolos del poder y que la izquierda pueda unirse. Cuando vayas a entrar a la página de la universidad para ver su récord de notas sigan los siguientes pasos, para que puedan ver sus resultados".


1) Entra a Estudiante.
2) Entra a Autoservicio.
3) Donde dice ID de Usuario: Introduce tú Matrícula en Mayúscula.
Donde dice NIP: Introduce tu contraseña vieja.
4) Luego entra a alumno.
5) Entra a Inscripción.
6) Entra a Historial de Inscripción

Esperando y sea de utilidad esta información,

Saludos fraternos:
Dirección Universitaria

miércoles, 2 de enero de 2008

Los barbarismos sintácticos en la prosa periodística.

Por Raúl Germán B.
Raulgerman78@yahoo.es

SANTO DOMINGO OESTE.- En un escrito pasado, redactamos todo lo referente a la correcta utilización de los verbos en sus diferentes conjugaciones.

Como expresamos, el verbo por sus caracteres formales, es la parte de la oración que presenta más variaciones. Por tal motivo es pertinente, ahora, saber los errores que presenta el uso del tiempo condicional en los medios de comunicación social.

No hay que ser un lingüista para saber que el tiempo condicional actúa de manera efectiva cuando relaciona dos proposiciones u oraciones con referencia al mismo tema.

Los errores suceden porque muchos redactores, y corectores, desconocen la forma sintáctica de plasmar las declaraciones de las fuentes, en primera persona, para traducírselas a los lectores en tercera persona. Veamos lo que plantea Gonzalo Martín Vivaldi al respecto:

Nos invade –dice Vivaldi- un barbarismo sintáctico –o solecismo-, cada día más extendido en los “medios de comunicación” o “mass media”. Nos referimos –adelanta el autor- al empleo –al mal empleo- del potencial o condicional (habría o habría hablado) con el sentido de tiempo de suposición. Ejemplos:

-En la huelga habrían participado más de cien mil trabajadores, en vez de: se dice o se calcula que, en la huelga, han participado (o participaron).

-Uno de los detenidos sería miembro de la WXA, en lugar de: se cree o se supone que uno de los detenidos sería miembro de la WXA, en lugar de: se cree o se supone que uno de los detenidos es miembro (integrante) de la WXA.
Los ejemplos –malos ejemplos- transcritos son en realidad oraciones condicionales incompletas, cuya sintaxis correcta es la siguiente: En la huelga habrían participado más de cien mil trabajadores, si los sindicatos se hubieran puesto de acuerdo. Uno de los detenidos sería miembro de WXA, sino fuera ya miembro del ZRA.

El solecismo denunciado –el condicional con sentido de suposición- nos viene de Francia. Los solecismos son errores sintácticos, sobre todo, de concordancia y de régimen. Son solecismo el empleo de cuyo y sus variantes por el cual, la cual, los cuales y las cuales: (vi dos cuadros, cuyos cuadros son de Goya, en vez de vi dos cuadros, los cuales son de Goya).